Debemos tener
en cuenta que el conocimiento es una compilación de saberes los cuales han sido
transmitidos a través de las generaciones desde tiempos pasados y los mismos
seguirán siendo traspasados de un individuo al otro hasta el final de nuestros
tiempos. Además, comprender que todo conocimiento, tomándose como verdad, es
relativo. Cada persona maneja un conocimiento, sobre todo cultural o religioso,
porque éste le ha sido impuesto, Schutz (2001), citado por Dreber (2014), en su libro
Fenomenología del poder, hace énfasis en que “el individuo está determinado por
la estructura del mundo impuesta y también por el stock de conocimiento
impuesto que condiciona su experiencia y sus acciones… estas ideas dan muestra
de cómo el origen social del individuo define su estructura del mundo y es
responsable de un acervo de conocimiento específico ” (p. 24) Todo conocimiento
manejado por los seres humanos, son saberes que nos han condicionado a creer
que todo eso son verdades del mundo que nos presentan, aun así, cada individuo es
capaz de adentrarse en los pensamientos y en la búsqueda de la verdad para
conseguir su propia realidad del mundo en el cual vive y llegar a crear analogías
a lo que cree es el conocimiento, es la verdad, así como Dreber nos lo presenta
“el individuo dispone de constelaciones de intereses biográficamente determinadas
y puede volverse contra las jerarquías de poder y condiciones
socioestructurales establecidas” (p. 24).
La
problemática del conocimiento nace desde tiempos inmemoriales, cuando los
filósofos querían establecer conocimientos sobre el mundo en el que vivían, realizando
preguntas sobre qué, cómo, por qué y para qué. De allí nacen muchos postulados
sobre el verdadero conocimiento y el por qué de las cosas. En ese momento nace
por parte de la filosofía la duda racional, la razón (Kant), y los sujetos
históricos (denominados así por Nietzsche) en los cuales domina el dogmatismo
de la razón, en quienes la vida es lo absoluto y lo condicionado. Establecen a
Dios como garante de la única verdad, colocando a un lado la sujetividad.
Nietzsche por
su parte, en cuanto a la problemática del conocimiento, propone eliminar el
conocimiento que hasta el momento se manejaba, la cual era la metafísica, constituida
con la filosofía antigua, la teología medieval y el pensamiento postmoderno. Para
él había que “filosofar a martillazos”, con esto pretendía destruir a “martillazos”
el conocimiento generado por algunos filósofos, puesto que para él, el
instrumento de la filosofía deja de ser la razón y criticaba la relación
sujeto-objeto. La subjetividad debía imperar, puesto que la realidad para
Nietzsche tiene múltiples perspectivas.
El conocimiento
se ha transformado y ha tenido distintos orígenes desde el comienzo de la
historia, moldeándose a la situación espacial e histórica del momento
(conocimientos culturales y religiosos), y muchos se han transformado y
evolucionado a medida que el hombre realiza nuevos descubrimientos (conocimientos
empíricos, geográficos y científicos). Pero lo que sí se puede denotar es que
la problemática del conocimiento siempre va a estar presente mientras que el hombre
se encuentre en la búsqueda de saciar esa constante necesidad y sed de
conocimiento que lo caracteriza.